Qué hacer con los productos descatalogados
Hace ya algunos años tuve el honor de recibir un email de uno de los grandes del SEO y del ecommerce: Jordi Ordóñez. En él, me invitaba a participar en uno de sus ebooks, en concreto: SEO para ecommerce (2018). Creo que era la primera vez que escribía un capítulo de un libro y, la verdad es que me hizo mucha ilusión. Para mí es un orgullo que un experto como él me invitase a compartir espacio con SEOs a los que admiro y de los que tanto he aprendido a lo largo de mi carrera profesional (Esteve Castells, Dani Pinillos, Christian Oliveira, Arturo Marimón, Luis Villanueva y un larguísimo etc.).
Después llegaron más ebooks, como Aprende posicionamiento SEO con los y las mejores, la mayor y más completa guía de posicionamiento SEO hecha en España, de la mano de Siteground. Se trata de un libro súper completo que recomiendo bastante a mis alumnos en las formaciones y también a toda aquella persona que quiere profundizar en el SEO. Tan sólo requiere de vuestro email para realizar la descarga gratuita.
Pero volviendo al ebook de Jordi, hace unas semanas que empezó a liberar algunos de los contenidos en su blog (entre ellos este) y pensé que no le importaría que recopilase el contenido de aquel capítulo también en mi blog, ¡así que ahí va! Coge aire, porque es un poco densito (como el problema a abordar):
¿Qué hacer con los productos descatalogados de un ecommerce?
Gestionar un ecommerce de miles de productos con diferentes ciclos de vida no es una tarea fácil. Al menos, no lo es más que en un comercio físico. ¿Qué hacer cuando un producto se descataloga? Pues bien, las lógicas a aplicar no distan tanto del offline.
Para entenderlo, visualicemos el problema en dos escenarios entendibles para cualquier ciudadano de a pie.
ESCENARIO 1
Quieres comprar un televisor.
Ya tienes una idea fija: tus colegas te han recomendado el “Televisor Penguin de 55″”, que no es ni tope de gama ni el último del mercado, pero tiene una buena relación calidad-precio. Además, es el que tiene tu cuñado. Llegas al centro comercial e incluso el propio vendedor ratifica tu elección.
Avisa por el walkie para que te lo traigan del almacén, pero le confirman que ha sido descatalogado en fabricante y que desgraciadamente será imposible reponer el stock.
Como única alternativa, el vendedor te propone el nuevo “Televisor Fred”, también de 55” y sin duda, el modelo top ventas en su categoría.
Todo parece perfecto, pero quizás pasa por alto un leve detalle “sin importancia”: es 600 euros más caro que el que pensabas comprar.
¿Con qué sensación vuelves a casa?
ESCENARIO 2
Quieres comprar un televisor.
Has leído en un foro que el “Televisor Penguin de 55″” tiene una muy buena relación calidad-precio y entra dentro del presupuesto que esperabas gastarte. Además, tu cuñado no para de fardar de él en su Instagram. Haces click en el enlace del foro y accedes a una tienda de tecnología online. Tachán, pese a que en el post se hacía referencia al “Televisor Penguin de 55″”, el enlace te redirige a un modelo diferente, el “Televisor Fred de 55″”, 600 euros más caro.
Lo intentas otra vez y tu frustración crece. Incluso piensas que es una nueva táctica de up-selling. ¿Con qué sensación te quedas sobre esta tienda?
Frustrante, ¿verdad? Doblemente: el producto que quieres no está y encima no tienes una explicación o una ruta alternativa de conversión para un producto similar.
Hay algo que quiero adelantarte, ninguna de las soluciones que voy a proponerte es 100% satisfactoria para el usuario ni una llave maestra para todo tipo de proyectos.
Éste es un problema muy común en un ecommerce y en ocasiones, muy difícil de gestionar, sobre todo cuando estamos hablando de un gran volumen de URLs. Hay algo que quiero adelantarte, ninguna de las soluciones que voy a proponerte es 100% satisfactoria para el usuario ni una llave maestra para todo tipo de proyectos. Ésto lo habrás oído mil veces si sueles leer sobre SEO, pero es que realmente es así.
Anyway, si tienes una alta coexistencia de producto vivo y descatalogado: Una vez llegados a este punto, esto no puede ser un “cortar por lo sano”.
Cualquier decisión sin datos puede ser extremadamente peligrosa para tu tráfico orgánico y para la salud de tu site. Comienza por establecer un KPI de negocio a tener en cuenta de aquí en adelante:
- Tasa (%) de producto vivo sobre total de referencias en catálogo
Y por supuesto, aplícalo a SEO:
- Tasa (%) de producto vivo indexado sobre total de referencias indexadas.
Este KPI te ayudará a entender muy bien algunos escenarios SEO de tu negocio y si realmente tienes un problema de competitividad en tu catálogo.
Keep calm: puede que tu problema se reduzca a unas pocas URLs.
No todas las URLs de productos descatalogados merecen esfuerzo alguno de nuestra parte en redirecciones u otras tácticas. Muchas pueden ser eliminadas directamente, “sin incurrir en demasiados riesgos”.
Lo primero: enmarcar el problema. ¿De cuántas URLs hablamos?
Elabora un modelo de datos
Que te permita conocer cuáles son las URLs a considerar realmente, teniendo en cuenta estos criterios (de forma descendente):
- ¿Está indexada? [Desde hace poco, Google Search Console / URL Profiler / Greenlane].
- ¿Sigue recibiendo tráfico orgánico? [API de Google Search Console+GA + Screaming Frog].
- ¿Tiene enlaces / autoridad? [API de Ahrefs / Majestic + Screaming Frog].
- ¿Tiene rastreo? [Screaming Frog Log File Analyzer + Tus logs de servidor].
Marca un intervalo temporal
Representativo para tu negocio según el cual tiene sentido tomar una decisión (ej.: últ. 90 días o últ. 30).
Define un marco de referencia
Para cada métrica según el cual una URL merece o no tomar acción sobre ella y aísla todas aquellas con un valor inferior.
Bien, seguro que sólo con esta primera criba tu problema ya se ha reducido a un número muy inferior de URLs sobre las que actuar. Ahora, valoremos criterios de negocio:
Asegúrate de que las referencias no volverán a estar en stock
Es imprescindible no generar vaivenes en lo que vamos a eliminar. Cerciórate de que los productos que no han cumplido tus criterios no van a volver a estar en stock [Departamento de Producto].
Ya tienes enmarcado el problema. ¿Ahora qué?
URLs que NO cumplen los criterios deseados:
Cualquier URL que no cumpla alguno de los definidos podrá, a priori, ser enviada a status 410 (Gone). Esta es la forma que tenemos de decirle a Google que hemos eliminado deliberadamente esa URL y que debe ser desindexada.
Si te planteas hacer ésto:
- Cuantifica muy bien el tráfico total que estás poniendo en juego en cada paso (si es que hay URLs que todavía reciben tráfico entre tus elegidas para eliminar) y asegúrate de que tienes la posibilidad de aislar este segmento de URLs a nivel analítico para monitorizarlo en todo momento.
- Asegúrate de comunicar muy bien lo que vas a hacer y en qué plazos a cualquier departamento susceptible de ser afectado (especialmente a aquellos que trabajen con URLs). Te sorprendería saber hasta dónde tienen implicaciones acciones de cualquier tipo en una web T.T’.
- Ten en cuenta que las URLs con poco tráfico que hayas decidido eliminar tienen valor de asistencia a otras URLs y ese valor, aunque ínfimo, lo vas a perder.. (Ej.: has aterrizado en un televisor descatalogado pero haces uso del buscador, sigues navegando, etc.).
- No envíes todas las URLs a eliminar en bulk. Haz pequeños paquetes de URLs y fasea el envío a 410 en según estimes por impacto. Si tienes muchas URLs y lo haces de golpe podrías afectar a la salud global del site a ojos de Google: 410 no deja de ser un error 4xx. Por cierto, este error te saltará y te perseguirá en Google Search Console y tus logs de forma indefinida. Acostúmbrate a vivir con ellos 🙁 .
- Ten a mano un plan de roll-back. Has cuantificado muy bien el impacto SEO de esta acción, pero sólo conocerás el impacto real en negocio con la release de esta acción. Ten en mente un plan de contingencia y hazlo saber a tu equipo de desarrollo previamente. No quiero acojonarte, pero a veces pasan cosas derivadas de una mala implementación técnica, de un fallo de comunicación o incluso de casuísticas y procesos que escapan a nuestro conocimiento. Por esta razón, si puedes parcelar en pequeños paquetes esta eliminación, ¡mejor que mejor!
URLs que SÍ cumplen los criterios deseados:
Para el resto de URLs, establece lógicas de reconducción de la sesión. Te recomiendo seguir estos consejos pero, sobre todo, te recomiendo no olvidar que detrás de un usuario hay un cliente.
Te propongo 3 situaciones sobre las que actuar con tácticas accionables para cada una: urls con tráfico, URLs con enlaces y URLs con rastreo.
2.1 URLs con tráfico
Estudia dejarlas activas (especialmente las que más tráfico traigan), informando correctamente al cliente y proponiéndole en la propia ficha de producto las siguientes tres rutas de continuación de su visita:
- Productos de la misma categoría + misma marca + mismo rango de precio: /televisores/lg/?precio_desde=500&precio_hasta=999
- Enlace a la misma categoría + misma marca: /televisores/lg
- Enlace a la misma categoría + mismo rango de precio: /televisores?precio_desde=500&precio_hasta=999
*Estas URLs podrán devolver en Google Search Console un error 404 Soft, pero si lo has trabajado bien y estás obteniendo métricas de calidad aceptables, deberás valorar tú mismo si quieres seguir adelante con ello o seguir al 100% las directrices y políticas de Google (y eso pasa por devolver un 404 sin mas). Oye, es otra opción legítima y legal. Al menos tras este análisis tendrás cuantificado qué tráfico vas a perder.
**Si no puedes hacer ningún punto de los anteriores, mantén igualmente ese descatalogado y su URL en 200.
Estudia el comportamiento de usuario para las categorías de producto que hayan generado más descatalogación para establecer lógicas automáticas de redirección acordes a ese comportamiento:
Ej.: Quizá el usuario que aterriza en un televisor de 32” descatalogado responda mejor si le rediriges a la categoría televisores filtrada por el mismo segmento de pulgada y con un rango de precio similar que si lo haces directamente a la ficha de otro producto que tú o el departamento de Negocio consideréis como sustitutivo. Piénsalo: como cliente que acude a un comercio físico, ¿preferirías que te ofrecieran varias opciones similares a lo que estás buscando o que te impongan un único producto a criterio del vendedor?
Al final, la idea es siempre la misma: los usuarios no sólo son cookies, son personas y clientes que tienen un comportamiento cuando aterrizan en una landing page. Y cuando ese comportamiento no es satisfactorio, Google nos lo hace saber con su vara de medir.
Así que sobre todo, evita estas malas (aunque sencillas) prácticas:
No redirecciones todo a la home:
- Generarás frustración.
- Incurrirás en multitud de 404 soft (404 “disfrazados de 200” para Google).
No reenvíes a categoría pura, cúrratelo un poco más y envíalo a una categoría + marca o modelo mucho más afín
- Incurrirás en multitud de 404 soft (y aun así, no te garantizo que Google Search Console no comience a enviarte avisos de 404 soft – ¡me ha ocurrido!).
2.2 URLs con enlaces (que generan referidos)
- Si generan referidos (nos sigue llegando tráfico a través de ellos): al final, seguimos hablando de URLs que son visitadas por usuarios, trabaja las lógicas de la misma forma que en el punto anterior.
- Si no generan referidos: aquí la finalidad es evitar pérdidas de link juice, por lo que, al no haber tráfico no se corre ningún riesgo redirigiendo a producto sustitutivo y es una forma de partir con algo de autoridad 🙂
2.3 URLs con rastreo
Vigila el enlazado interno que apunta a URLs descatalogadas y erradícalo. A veces se cuelan en descripciones, posts, feeds no actualizados… Elimina también cualquier referencia en sitemaps. Eso sí, si tienes un sitemap dedicado, no lo elimines de golpe.
Y sobre todo, si tienes la oportunidad de trabajar esto bien, intenta llevarlo al día y lo más automatizado posible, de modo que la gestión manual se reduzca al menor número de URLs posibles.
Casi nada, ¿eh?